sábado, 28 de diciembre de 2019

Manipulación lingüística. De-significar. Re – significar


Manipulación lingüística. De-significar. Re – significar
(29/12/2019)
El pasado 20 de diciembre de 2019, Sergio Parra en su web “xatakaciencia.com” publicó un artículo titulado “La principal agencia de salud pública de EEUU tiene prohibido usar “feto”, “transgénero” y otras frases y palabras”. Y continúa con “otras palabras prohibidas como: vulnerable, derecho, diversidad, o basado en evidencia”.
La manipulación lingüística es el aire que respiramos en una sociedad de la “infoxicación”, en la que el objetivo a conseguir es el dominio del cerebro de los ciudadanos. Así de simple, puede parecer increíble, exagerado, pero si levantamos la vista, si estamos mínimamente alertas y ponemos en práctica nuestra capacidad de pensamiento crítico, de pensar por nosotros mismos, de no seguir consignas, ni lemas, tal vez podamos tener una opinión fundada, sobre el asunto de la manipulación a la que diariamente estamos sometidos.
La importancia y el poder de la palabra se conoce desde antiguo. En la Biblia queda claro: “En el principio era el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1.1). Para Séneca igualmente era definitivo: “Tal es el lenguaje de los hombres cuál es su vida”. Brandler y Grinder, los creadores de la Programación Neurolingüística (PNL): “la magia se esconde tras la lengua que hablamos”.
Una vez establecida la importancia de “la palabra”, pasamos brevemente a recordar algunas bien conocidas técnicas lingüísticas de manipulación, camuflaje, encubrimiento:
1. Neolenguaje. Aparece en la novela 1984 de George Orwell: crear palabras o frases nuevas. Ejemplos: Tranquipastilla. Tranquiler. Venketing. Crecimiento negativo. Brotes verdes. Copago. Minijob. Precrimen.
2. Agravamiento o atenuación: agravar o suavizar la realidad. El agravamiento es técnica muy practicada por muchos “Profetas de la desgracia” como los llama Jacques Lecomte (2018), en su libro “¡El mundo va mucho mejor de lo que piensas!”. Estos profetas siempre agravan la situación con el objetivo de conseguir mayor conciencia sobre los problemas ambientales, pero lo que consiguen es: cansancio, desconexión, inmovilismo, incredulidad, pasividad, … Además, sólo se concentran en las malas noticias y realidades, y la gente necesita ver cosas positivas y progreso para continuar en la mejora.
3. Eufemismo: sustituye un término por otro. Similar o igual significado, pero diferente connotación. Muy relacionado con el neolenguaje. Ejemplo de una viñeta de El Roto: “las limosnas ya no se llevan, lo moderno es el micromecenazgo”. Moderación salarial por bajada de salario. Edad dorada por vejez, Etc.
4. Lenguaje políticamente correcto (al servicio de una ideología): Sin comentarios, estamos rodeados de lenguaje políticamente correcto. ¡Socorro!
5. Insultar: técnica muy usada para buscar el arrebato emocional en la parte contraria, y así conseguir descalificar su discurso e ideas.
6. Tecnificación y jerga: se puede usar entre expertos para ganar precisión, pero también se usa para confundir, aprovechando la ignorancia y timidez de la parte a la que va dirigido el discurso. Puede dar lugar a la falacia “ad ignorantiam”.
7. Etiquetación: Poner etiquetas, es técnica también vieja conocida, como vemos en el siguiente ejemplo, que trata de condicionar las respuesta: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie. Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?San Mateo 22,15-21. Tres etiquetas para condicionar la respuesta a la pregunta que viene a continuación.
8. Falacias: usar el lenguaje y los argumentos de forma incorrecta, pero de tal manera que es difícil de detectar. Así les damos el valor de buenas ideas, buenos argumentos y razonamientos. Se puede ver en wikipedia el gran número de falacias existentes. También es recomendable leer de Ricardo García Damborenea su “Diccionario de falacias”, y de Arthur Schopenhauer “El arte de persuadir”.
9. De-significar. Re-significar: Estrategia de manipulación lingüística en 4 pasos:
    1) De-significar una palabra (quitarle su significado original).
    2) Re-significar (darle el nuevo significado que nos interesa).
    3) Meter una “palabra-emoción” en ese nuevo significado. La emoción confunde a la razón.
    4) Apropiarnos de ese nuevo significado de la palabra a través de la repetición constante.
Podemos pensar que todo esto no es posible, que nuestro cerebro y nuestro razonamiento nos protege de todos estos efectos de manipulación con palabras, pero la neurociencia nos viene a quitar esta esperanza. Todos los estudios sobre el comportamiento y la toma de decisión de las personas concluyen que estos procesos están sometidos a importantes y numerosos sesgos cognitivos. Entre otros, Daniel Kahneman y Amos Tversky lo han demostrado en sus estudios (“Pensar rápido, pensar despacio”). Nuestro cerebro es un vago cognitivo, y toma atajos (heurísticos) para hacernos la vida más fácil, y para que podamos sobrevivir, que es lo único que le importa a nuestro cerebro.
Por otro lado, como de nuevo dice en una de sus viñetas E Roto: “Estamos vaciando las palabras de cualquier significado para que podáis hablar libremente”, y se ve un personaje, que se supone académico con un diccionario en la mano. Es decir, se está asisitiendo a una especie de “desarme” de las palabras, que contribuye a que todo valga para todo, y cada palabra, para casi todo, y al final no signifiquen nada, o signifiquen lo que alguien con poder quiera que signifiquen. Como decía el poeta Rafael Alberti: “Las palabras entonces no sirven, son palabras, siento esta noche heridas de muerte a las palabras”.
Hay un camino para evitar que estos múltiples ataques de las palabras sean efectivos. La solución es tener un alto grado de alerta y desconfianza, cuando estemos expuestos a mensajes de determinadas “fuentes peligrosas” (partidos políticos, gobiernos, sindicatos, medios de comunicación, empresas que quieren vendernos cosas para que seamos felices, profetas de la salud, religiones, redes sociales, ...), y practicar todo lo posible el estilo de pensamiento crítico (Ver la web de criticalthinking.org con recursos para poder iniciarse en esta forma de pensar), que es un estilo de vida, que te cambia la vida.
¡Adelante!
Luis Mª García Bobadilla
Humano. Ventas. Marketing. Vino. Escritor. Ponente. Ex-profesor en Universidad Rey Juan Carlos-Madrid. Cristiano. Jubilado. 100% Liberal (Hayek) ¡Es la economía!


domingo, 17 de junio de 2018

Las promesas son para cumplirlas

LAS PROMESAS SON PARA CUMPLIRLAS
Proyecto: BibliaKeting
(Biblia y Marketing)
18 de Mayo de 2018

Evangelio según San Mateo 5,33-37.
Jesús dijo a sus discípulos: 
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor.
...
Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno. 

BibliaKeting
Efectivamente, los juramentos, las promesas, los compromisos hay que cumplirlos. La palabra dada debe ser “ley”. Este es el sentido de este texto Evangélico.
Marketing se dedica a gestionar la relación de intercambio. En la que, por un lado, los clientes deciden comprar nuestra marca, pagar por ello, usarla, disfrutarla, hablar bien de ella, hacer de promotores, recomendarla, tener una relación afectiva con esa marca y producto o servicio. Y por otro lado, la marca les da un producto de una calidad definida, facilidad de compra, valores, etc., pero sobre todo: una proposición de valor.
Esta proposición de valor se compone de varios elementos, sin duda uno de ellos es: la “promesa de beneficio” que ese producto y marca da al cliente que la ha elegido.
Esa “promesa”, esa “palabra”, ere “juramento” puede estar relacionado con el producto en sí mismo, y también con beneficios “emocionales”. Los dos ejes son importantes, legítimos y valiosos.

Las cuestiones son:
1.- Su marca, producto o servicio ¿tiene y hace lo que promete?
2.- ¿De qué raíces éticas o valores se nutren los beneficios emocionales que se ofrecen?

Sobre la primera cuestión, los productos y servicios: ¿tienen los componentes que dicen que tienen? Esos componentes ¿hacen lo que se dice que hacen?, ¿duran lo que dice que duran?, ¿consumen lo que dice que consumen?, … Y otro tipo de cuestiones similares, relacionadas con: la composición, forma de fabricación, origen de las materias primas, calidad, forma de uso.
Aquí es donde se dan las conductas de: ocultación, generalización, información sesgada, sustitución de unas calidades por otras más bajas, frases sesgadas que implican beneficios falsos: por ejemplo, “de venta exclusiva en farmacia”, y otras practicas similares.

Respecto a la segunda pregunta, cabe reflexionar si determinados “beneficios emocionales”, que se proponen y venden al potencial cliente, fomentan valores socialmente deseables, o por el contrario contribuyen a hacer una sociedad más agresiva, más discriminatoria, más ofensiva para determinados grupos. Joseph Pine ya nos anunciaba que las personas se “transforman”, y pueden llegar a ser mejores a través y gracias a lo que consumen. El consumo así se puede ver como una actividad de mejora personal importante.
Ejemplos de productos que transmiten ideas de: mujer como objeto sexual (cosificada), o roles y estereotipos, defensa del hedonismo y menosprecio al trabajo y a la excelencia, o acciones o mensajes que ridiculizan a determinados grupos sociales. Un ejemplo de este último “pecado” se ve en el mensaje del Ayuntamiento de Madrid (creo ¿?, lo he oído en la radio) que para fomentar la cultura entre los jóvenes, no se les ha ocurrido una frase mejor que la siguiente: “los jubilados ven obras, los jóvenes obras … de teatro”. Seguro que a estos dirigentes políticos les hace mucha gracia. Yo como próximo a la jubilación, ¡no le veo ninguna! Y me pregunto: ¿es que no hay otra forma de decir las cosas? ¿es que tienen que menospreciar a alguien parta ser relevantes y llamar la atención?
La respuesta a estas preguntas es clara:
1.- Falta total de imaginación de estos dirigentes.
2.- Desprecio por determinados grupos sociales. No contribuyen a hacer una mejor sociedad.
3.- No tener ni (p___a) idea de Marketing. Piensan que el marketing es una actividad que puede hacerla cualquiera, ¡incluso ellos!

Reflexión final:
Cumpla lo que dice. Cumpla lo que prometa. No prometa lo que no puede dar. No “sobre-prometa”. Mejor sobrepasar las expectativas que no llegar. Haga que sus clientes, con sus promesas sean mejores personas, y así ayude a crear una mejor sociedad.



Luis Mª García Bobadilla.
Ventas. Marketing (Experiencias, Neuro). Distribución. ¡Vino! Escritor .Cristiano. Liberal (Hayek) ¡Es la economía! Esencialista (Minimalista). Rioja.
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).
Autor del libro “+Ventas”. Editorial Esic.
Libro ebook E=mc2 Fórmulas Mágicas!:


Marketing debe cumplir la ley

MARKETING DEBE CUMPLIR LA LEY
Proyecto: BibliaKeting
(Biblia y Marketing)
13 de Mayo de 2018

Evangelio según San Mateo 5,17-19.
Jesús dijo a sus discípulos:
«No piensen que vine para abolir la Ley … El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.»

Evangelio según San Mateo 5,20-26.
Jesús dijo a sus discípulos:
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.

BibliaKeting
Efectivamente, marketing en su actividad dentro del mercado debe cumplir la ley. ¡Faltaría más! ¿Alguien lo duda?
Pues sí, mucha gente lo duda. Sólo con levantar la vista es fácil apreciar como hay muchas marcas y empresas que no cumplen a ley. No se cumple la ley como tal ley, ni en su letra, y mucho menos en su espíritu. Seguro que una afirmación tan categórica puede levantar dudas. Para disiparlas pongamos algunos ejemplos, sin nombrar marcas: acuerdo de precios en los combustibles, ventas de productos financieros “dudosos”, atentados ecológicos sin hacer frente al daño causado, promociones engañosas, productos milagro, publicidad “dudosa” en los beneficios, letra pequeña, venta piramidal, incumplimiento de las normas de privacidad de los datos, formulaciones con productos cancerígenos, etiquetas confusas y parciales, coches que contaminan mucho más de lo que dicen, fotos de productos estupendos que cuando los compras no se parecen en nada a la foto, etc. Yo tengo un ejemplo de una gran empresa que me ¡vendió un ordenador usado! (como si yo fuera tonto), y un Banco 1,2,3, que ha “obligado de hecho” a tener una tarjeta de crédito que yo no quiero… ¿Son suficientes estos ejemplos, o seguimos? Todos tenemos más casos, ¿no?

Y claro, lo que se nos dice en este Evangelio es que hay que “cumplir hasta el más pequeño de estos preceptos”, y que con “la justicia de los escribas y fariseos” no es suficiente para ganar el Reino de los Cielos. En nuestro caso ganar el mercado, el liderazgo, la confianza y fidelidad de las personas, que queremos que sean nuestros clientes y misioneros.

El problema es que la regulación actual procede de los “escribas y fariseos”, es decir, de los políticos que forman el legislativo. Estos políticos que han perdido toda confianza y crédito ante el pueblo, es decir, ante el mercado, son precisamente los que hacen “esas leyes”. Estos legisladores que hacen estas leyes, que luego hay que cumplir, presentan (algunos o todos) tres grandes problemas siguientes:
1.- No saben de lo que hablan, no conocen el asunto, no están preparados.
2.- Obedecen a directrices de “determinados grupos”, defienden sus intereses.
3.- Piensan que son infalibles, que la leyes lo arreglan todo, y en todo caso, lo hacen todo para protegernos, y si se equivocan pues la culpa del “otro” (no tienen problema de “agencia”).
¿Cómo se explica de otra forma? Por ejemplo: que los etiquetados no sean todo lo claros que las personas nos merecemos. Pues se explica precisamente por la fuerza de “esas directrices” de determinados grupos (lobbies).

En definitiva, si una marca quiere conquistar el corazón, la mente, la cartera, la fidelidad de las personas, no es suficiente con cumplir la ley, ni tan siquiera con cumplir hasta el más mínimo precepto. Estas leyes y preceptos nacen ya contaminadas de origen. Hay que cumplirlas pues son ley, pero no es suficiente, es tan sólo un primer escalón necesario.

El siguiente paso es “ir más lejos”, exigirse más, tener un claro sentido, propósito y misión de respetar, ayudar, facilitar a las personas la elección, la compra, el uso, …, en definitiva: hacer más fácil su vida. Para esto algunas empresas han creado su normas y códigos de conducta particulares, precisamente para servir de guía a sus empelados y colaboradores, en ese camino de ir más allá de las vigentes leyes y preceptos. Es la marca o empresa el que tiene que dar este paso, este ir “más allá”.

En este sentido, es interesante el Código Ético de Marketing que la Asociación Española de Marketing nos propone en: http://www.asociacionmkt.es/actividad/codigo-etico-de-la-profesion/
Copio aquí un párrafo ilustrativo de este documento (que se puede obtener libre y gratuitamente en la web de la Asociación):
Los principios generales universales son los siguientes:
1. El respeto tanto a la legalidad vigente en el territorio en el que se enmarcan las acciones de marketing realizadas, como a las normas y reglamentos de las plataformas o medios que utilicen para el desarrollo de las actividades.
2. La promoción del valor compartido entre las organizaciones y sus stakeholders a través de sus productos, servicios y actividades.
3. La contribución, con la práctica de la profesión, a una buena percepción del marketing y de sus sub-disciplinas, generando confianza a la sociedad en general y a los diversos stakeholders.
4. La adopción en sus prácticas profesionales, por parte de los profesionales del marketing, de los siguientes valores éticos:
4.a. Responsabilidad
4.b. Honestidad y veracidad
4.c. Transparencia informativa
4.d. Profesionalidad
Cuestiones clave:
1.- ¿Usted piensa que su marca y empresa cumplen estos requisitos?
2.- ¿Usted piensa, que sus clientes, consumidores, colaboradores, proveedores, etc., piensan que su marca y empresa cumplen estos requisitos?
3.- Usted, su marca, su empresa, ¿están dispuestos a ir “más allá” de la recomendaciones de este Código Ético de Marketing?


Luis Mª García Bobadilla.
Ventas. Marketing (Experiencias, Neuro). Distribución. ¡Vino! Escritor .Cristiano. Liberal (Hayek) ¡Es la economía! Esencialista (Minimalista). Rioja.
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).
Autor del libro “+Ventas”. Editorial Esic.
Libro ebook E=mc2 Fórmulas Mágicas!:


martes, 12 de junio de 2018

Una organización donde hay luchas internas no puede subsistir

UNA ORGANIZACIÓN DONDE HAY LUCHAS INTERNAS NO PUEDE SUBSISTIR
Proyecto: BibliaKeting
(Biblia y Marketing)
11 de Mayo de 2018

Evangelio según San Marcos 3,20-35.
… “Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó:
¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás?
Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir.
Y una familia dividida tampoco puede subsistir” ..
.

BibliaKeting:
“Luchas internas” y “familia dividida” son las expresiones clave en este pasaje.
Toda organización, empresa y marca pretende, con sus estrategias y actuaciones en el mercado, ser la elegida, la preferida, la líder en cuota de mercado, en el corazón y la mente de su grupo objetivo. Para esto debe luchar de manera inteligente contra sus competidores que, sin duda, tienen los mismos deseos y objetivos.
Para gestionar con éxito esta situación resulta evocador el dicho de que: “la unión hace la fuerza”. Es la unión de toda la empresa, departamentos, y personas … unidas en un objetivo y propósito común, lo que permite poder librar esta batalla con alguna garantía de éxito.
El texto Bíblico previene de las “luchas internas” y de las “divisiones”. Indica que en estas circunstancias “Un reino … no puede subsistir”. Este es el castigo a la lucha interna, a la división: la desaparición. Tal vez hay empresas, marcas que ¿han desaparecido por estas circunstancias?
La experiencia, lamentablemente, nos indica que estas luchas internas y divisiones son el aire que habitualmente se respira en la mayor parte de las empresas. Parece un contrasentido, pero es así: tus mayores enemigos no están en el mercado, no es tu competencia, … son los “otros” de tu empresa. Los “nosotros” contra los “ellos”. El lenguaje no es neutro.
Esta situación no sólo es comprobable por la experiencia personal de muchos de nosotros, sino que también es corroborada por una importante cantidad de literatura académica y de divulgación, en el mundo del marketing, empezando como ejemplo por; Kotler, Rackham y Krishnaswamy, en su artículo: “Cómo terminar la guerra entre ventas y marketing”, y en área de las personas, continuando con Muriel en su libro: “Esta empresa es un zoo”… Entre otros, y para no poner más ejemplos.
Que marketing y ventas se llevan mal es sabido. Que finanzas se lleva mal con todos los demás departamentos es bien conocido. Que los de recursos humanos son odiados por gran parte de los empleados es lo habitual. Esto es lo referente a las funciones dentro de la empresa u organización. Si a esto se le suman las diferentes personas, con sus estilos, ambiciones, grandezas, mezquindades, altruismo, deseos de venganza, deseos de poder, etc. Tenemos el zoo resultante que precisamente genera esas luchas internas y esas divisiones entre las familias, de las que nos previene este Evangelio.
No es objeto de esta reflexión dar posibles soluciones, o recomendaciones para evitar estas situaciones. Sólo pretendemos resaltarlas, hacerlas visibles, ponerles foco y constatar su existencia. No tener en consideración esta realidad (¿humana?) puede hacer fracasar en buena medida las estrategias, objetivos y planes para pelear y triunfar en el mercado.
No tener en cuenta estas tensiones internas, puede conllevar a que la “ecuación” del plan de batalla de la marca, y su ejecución en el mercado esté condenada la fracaso.
La organización funcional y Taylorista de las empresas está en el origen de este problema. Es ese reparto de funciones, que funcionó en la época industrial, el que no funciona ahora, y el origen de gran parte de estas luchas y divisiones. Este asunto de la estructura de una empresa es “relativamente” fácil de solucionar, modificando los organigramas hacia estructuras más “caórdicas”, matriciales, orientadas la los proyectos, a los clientes.
La otra importante fuente de estas luchas y divisiones es la propia naturaleza humana, con su cerebro límbico, con su “hidden brain” como diría Vedantam. Además del “perfil” de las personas que se seleccionan en las empresas, en especial para los puestos directivos. Este es ya otro asunto de mucho mayor calado, y ¿tal vez? … ¡sin solución!

Resumen:
        En toda organización, el castigo a la lucha interna, a la división es: la desaparición.
        ¡Usted verá lo que hace!


Luis Mª García Bobadilla.
Ventas. Marketing (Experiencias, Neuro). Distribución. ¡Vino! Escritor .Cristiano. Liberal (Hayek) ¡Es la economía! Esencialista (Minimalista). Rioja.
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).

Autor del libro “+Ventas”. Editorial Esic.Libro ebook E=mc2 Fórmulas Mágicas!:
http://www.venderomorir.com/Contenidos/Archivos/ebook%20Emc2%20fm!%20%20Luis%20Maria%20Garcia%20Bobadilla%20Enero2015.pdf
www.venderomorir.com.

sábado, 9 de junio de 2018

Primer mandamiento del marketing

PRIMER MANDAMIENTO DEL MARKETING
Proyecto: BibliaKeting
(Biblia y Marketing)
9 de Mayo de 2018

Evangelio según San Marcos 12,28-34.
Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?".
Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.
El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos"...

BibliaKeting:
Preguntarnos por el primer mandamiento del Marketing es algo parecido a preguntarnos: ¿cuál debe ser el posicionamiento del marketing? ¿El beneficio principal? ¿El slogan? ¿En qué “negocio está” el marketing?
En definitiva: el propósito, la razón de ser de existir del marketing. O también como diría Simon Sinek: “El porqué”, la clave es siempre el porqué. El porqué del marketing.

El primer mandamiento ¿podría ser?: amarás al mercado, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.
Es el mercado, cuando es de verdad el mercado, es decir, cuando no está intervenido, manipulado, contaminado por dudosos comportamientos de los oligopolios, o por dudosas prácticas de los grupos económicos, o por políticos que pretenden protegernos (¡Dios nos libre!) con sus leyes y regulaciones... Repito, es el mercado el que decide si una marca, producto, empresa es: aceptada por las personas, con qué cuota de mercado, con qué fidelidad y compromiso, y a qué precios.
Es el mercado el que sentencia si las estrategias de marketing, las proposiciones de valor que se ofrecen, las condiciones de compra, la experiencia de marca, etc., son las adecuadas o no lo son. Es el mercado quien lleva a la marca al éxito o no.
Es la “capacidad de decidir” de forma libre, que tienen las personas, ante las diferentes ofertas, la que construye el mercado. Así pues, el mercado se apoya en la gran característica que nos hace humanos: la capacidad de decidir. Resulta claro que esta capacidad de elegir y decidir no es absoluta, es una capacidad relativa, pero que en toda circunstancia, y precisamente por esto, debe ser potenciada y preservada por toda sociedad que se quiera llamarse libre.
Así pues la pregunta clave es: esto que usted me propone, esta ley, estas condiciones ... ¿me permiten elegir en libertad?
Aquí un ejemplo: el Banco Santander, al que yo llamo “Satan-der”, crea en su momento su “Cuenta 123”. A partir de ahí todas sus acciones consisten en penalizar de varias formas a todos aquellos clientes que no quieran pasarse a su invento de la “Cuenta 123”. No contentos con esto te obligan en sus condiciones a tener una tarjeta de crédito y a usarla al menos una vez al trimestre. ¿Es esto un ejercicio de libertad para sus clientes? ¿El Banco Satan-der, cree en el mercado? ¿facilita la vida a sus clientes? ¿les ha permitido opinar y elegir? ¿hay respeto por la condiciones contractuales previas? Seguro que sus “genios” de marketing, en su torre de marfil, están muy felices. Pero ¿hay efectos colaterales? Olvidan que el mercado es “conversación”. En mi caso, en esta conversación no tenida,  he tomado dos decisiones: 1.- Usar una vez al trimestre la tarjeta de crédito con la cantidad mínima posible (billete de metro), así cumplo las condiciones, pero no tendrán en mi caso un crédito a mi nombre (que es su objetivo). 2.- Estoy preparando todo para irme de ese Banco: ¡Adiós! Claro esta marcha no se explicará como el resultado de su “marketing de cucarachas”, esos “genios” del marketing lo explicarán como resultado de las condiciones adversas del mercado. ¡Se cierra el círculo! Al fin, ¿tal vez no soy un cliente ni importante ni de de su target?
Marketing se dedica precisamente a gestionar, y ¿por qué no decirlo?, a influir en esa capacidad de decidir, en esa capacidad de elegir que tienen las personas. Es lo que se denomina la “arquitectura dela decisión” que tienen las personas en las sociedades avanzadas, en las que algunos tenemos la suerte de vivir. Esta arquitectura de la decisión debe respetar en todo momento la capacidad de decidir en libertad. Esta es la cuestión.

El segundo mandamiento del marketing es: amarás a las personas, con las que te quieres relacionar, como a ti mismo.
Tal vez este segundo mandamiento debiera ser el primero, o como se deriva del primero, en realidad son dos mandamientos, que son de verdad uno.
Hablamos de “personas”, ya que la palabra “consumidor” implica que la parte que nos interesa es sólo la del consumo. Es decir, usted me importa debido a que decide comprar mi producto, lo paga, consume y desecha... ¡Y nada más! Por otro lado hablar de “clientes” es poner el foco en la relaciones comerciales ... Hay algunos expertos en marketing que opinan que la palabra “marketing” implica: poner, empujar hacia …, lanzar productos en el mercado, y que esto debiera cambiarse por la palabra “societing”, que es eso mismo
 pero en la sociedad. Es “poner” productos en la sociedad, que es un marco mucho más rico y complejo que el mercado.
Aquí hablamos de personas. Pues es la persona, sea cliente o no, como entidad compleja, libre y autónoma la que como suma conforman los mercados y la sociedad.
David Ogilvy decía a sus ejecutivos, publicistas, creativos, que tenían que hacer publicidad “para sus esposas, esposos”. Mi pareja, esposo, hijo, madre, etc., son personas estupendas, muy inteligentes, a las que amo. Pero claro el resto de seres humanos son “medio tontos”, y les tengo que hacer una publicidad, con unos mensajes adecuados para su bajo nivel intelectual... El resultado es toda la publicidad y el marketing basura al que ya estamos más que acostumbrados. “Marketing de cucarachas” lo llaman algunos.
En marketing hay que amar a las personas, a las que queremos dirigirnos y con las que deseamos relacionarlos, como a nosotros mismos, o mejor aún, amarles más que a nosotros mismos.
En consecuencia, nacen así otras preguntas de control que como personas debemos hacernos:
- ¿Esta marca me ama? ¿Cumple el primer mandamiento?
- ¿Cuántas marcas le aman a usted? Insisto, a usted como “persona”, ¡no a su cartera!
- ¿Qué pruebas tengo de que esta marca me ama?
- ¿Cómo se porta esta marca cuando las cosas van mal, en una reclamación, etc.?

En resumen, primer y único mandamiento del marketing:
“Amar a las personas, con las que queremos relacionarnos. Amarlas igual o más que a nosotros mismos”.



Luis Mª García Bobadilla.
Ventas. Marketing (Experiencias, Neuro). Distribución. ¡Vino! Escritor .Cristiano. Liberal (Hayek) ¡Es la economía! Esencialista (Minimalista). Rioja.
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).
Autor del libro “+Ventas”. Editorial Esic.
Libro ebook E=mc2 Fórmulas Mágicas!:
http://www.venderomorir.com/Contenidos/Archivos/ebook%20Emc2%20fm!%20%20Luis%20Maria%20Garcia%20Bobadilla%20Enero2015.pdf
www.venderomorir.com.

martes, 5 de junio de 2018

Preguntar, Etiquetar y Coherencia (BibliaKeting)

PREGUNTAR, ETIQUETAR Y COHERENCIA
Proyecto: BibliaKeting
(Biblia y Marketing)
6 de Mayo de 2018

Evangelio según San Marcos (12,13-17):
En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?»
Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: «¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.»
Se lo trajeron. Y él les preguntó: «¿De quién es esta cara y esta inscripción?»
Le contestaron: «Del César.»
Les replicó: «Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios.»
Se quedaron admirados
.

Enseñanzas para el Marketing

Preguntar para cazar.
Interesante el comentario de “para cazarlo con una pregunta”. Preguntar es una herramienta fundamental para toda comunicación y negociación. Una pregunta nos interpela, hace que nuestro cerebro inevitablemente intente contestarla. Es imposible no reaccionar ante una pregunta. Esta es su verdadera fuerza, obliga a contestarla y a posicionarse respecto del asunto.
Sabemos que hay muchas clases de preguntas (abiertas, cerradas, de verificación, de ampliación, reflejas, de concesiones, etc.), y también “para cazar”.
Estas preguntas “para cazar”, una vez contestadas en un sentido o en otro, permiten a tu contraparte o interlocutor construir un argumento que apoye sus tesis, de una forma u otra. Por lo tanto, se deben contestar con suma precaución. No son preguntas inocentes, no pretenden construir confianza o conocimiento, o un terreno común sobre el que basarse. Son como su nombre indica: “para cazar”.
Fundamental cómo se redacta o se expresa la “pregunta caza”. Aquí se dice: “¿Es lícito?”, se podría haber preguntado si es: legal, justo, apropiado, etc. Las palabras no son neutras.

Etiquetar.
Un recurso muy efectivo para conseguir cosas es “etiquetar” a nuestro interlocutor. Etiquetar significa, precisamente eso, ponerle una etiqueta, o describirlo con una característica que nos importe e interese especialmente a nuestros fines.
En ese caso el etiquetado es genial: “sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente”. Se dice que “sabemos”, por lo tanto, no se discute, se afirma categóricamente. Y ¿qué es lo que se afirma?: sinceridad, valentía (no importa de nadie), guía del camino de Dios, por lo tanto de la verdad indiscutible y absoluta. Etiquetas, como se ve, de gran calado. Etiquetas que si se aceptan comprometen con contundencia la respuesta.
Dos alternativas:
1.- No aceptar las etiquetas, con lo que la situación se vuelve inaceptable: no soy sincero, etc.
2.- Aceptar las etiquetas, con lo que resultamos afectados por el principio de “Coherencia” de Robert Cialdini. Esta coherencia aceptada y asumida nos obliga a responder de una forma precisamente “sesgada” por la coherencia debida a las etiquetas.
Se ve con claridad la potencia del recurso de etiquetar a nuestro interlocutor. Esto en la vida cotidiana tiene una gran utilidad y se puede usar de múltiples formas y en variadas ocasiones: “Usted que es ecologista...” “Tú que entiendes de fotografía...” “Esta empresa comprometida con la responsabilidad social...” Etc.
Ser un fariseo, o un partidario de Herodes, son en sí mismo etiquetas.

Coherencia.
Robert Cialdini nos explica en uno de sus principios que las personas queremos, buscamos ser coherentes con quién somos, o pensamos que somos, o pensamos que la gente piensa que somos. Por esto, una vez etiquetados, y una vez que hemos aceptado la etiqueta, una vez la hemos hecho nuestra, buscaremos comportarnos y opinar con lo que esa etiqueta implica y estipula. Odiamos no ser coherentes, y no nos gusta la gente incoherente.
Ciladini recomienda buscar esa coherencia a través de pequeños pasos, con cosas pequeñas, para poco a poco ir pidiendo más a nuestro interlocutor.
Es interesante el ejemplo que pone del experimento sobre colocar un cartel (pidiendo conducir con precaución en la urbanización) en el jardín de las casas de una urbanización típica americana. Así, en primera instancia la mayoría se niega a estropear su jardín con este cartel. Pero si al principio se pide a la muestra permiso para colocar un pequeño adhesivo en el cristal de la cocina, con el texto de: “soy un buen ciudadano que colaboro y estoy a favor de conducir con precaución en la urbanización”,..., y al cabo de una semana se vuelve a esas casas para pedirles permiso para colocar un cartel en su jardín, los resultados son muy significativamente favorables a dar ese permiso. Este es el principio de coherencia, hemos etiquetado con algo pequeño, y después, ¡vamos con lo grande!

Responder a una pregunta con otra pregunta.
En este tipo de situaciones, en las que vemos que se nos hace una pregunta para cazar, y que se nos está etiquetando, deben sonar todas las alarmas. Y vemos en el texto Bíblico la solución recomendada, a saber: responder con otra (u otras) preguntas.
Aquí vienen en nuestro auxilio las preguntas de: verificación, de aclaración, de ampliación.
Todo este tipo de preguntas son gran muralla defensiva contra esta artillería de la “pregunta caza” y etiquetado.
La otra técnica que aquí se usa es responder agarrándose a un “criterio objetivo” y por lo tanto, externo al que responde: en una cara aparece “Cesar y una inscripción”.

RESUMEN:
Herramienta:
          Etiqueta + Coherencia y después Pregunta
Defensa:
          Pregunta al que te ha preguntado y etiquetado + Criterio objetivo


Comentario final, al margen de la lectura: Tengo mis dudas sobre si es lícito pagar los tributos al Cesar, pero esto es ya otro asunto.


Luis Mª García Bobadilla.

Ventas. Marketing (Experiencias, Neuro). Distribution. ¡Vino! Escritor .Cristiano. Liberal (Hayek) ¡Es la economía! Esencialista (Minimalista). Rioja.
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).
Autor del libro “+Ventas”. Editorial Esic.
Libro ebook E=mc2 Fórmulas Mágicas!:
http://www.venderomorir.com/Contenidos/Archivos/ebook%20Emc2%20fm!%20%20Luis%20Maria%20Garcia%20Bobadilla%20Enero2015.pdf

www.venderomorir.com.

viernes, 1 de junio de 2018

La mente oculta, el no consciente, o el inconsciente. Hoy los errores son más graves. ¡Atención!


La mente oculta, el no consciente, o el inconsciente.
Hoy los errores son más graves. ¡Atención!
2 de Junio de 2018

Shankar Vedantam (2010) en su libro “The Hidden Brain”, nos ilustra sobre cómo esta “mente oculta” afecta a nuestra vida cotidiana, a pequeñas y grandes decisiones o preferencias, y a todo tipo de personas. Influye en ocasiones para bien y, para mal en otras, y siempre lo hace de forma no consciente, sin que nos demos cuenta, e incluso de manera en que negamos con seguridad su efecto sobre nosotros, sobre nuestro comportamiento. Esta es precisamente su fortaleza.
Este efecto, que siempre se ha producido es, para Vendatam, especialmente peligroso en nuestro tiempo, debido a: la globalización, la tecnología, al extremismo religioso, las convulsiones económicas, los cambios demográficos y las masivas migraciones.
En el pasado nuestros errores mentales, consecuencia de nuestra “mente oculta”, nos afectaban a nosotros mismos, y tal vez a algunos de nuestros vecinos. No tenían más relevancia, no llegaban muy lejos. Actualmente, errores cometidos por ciertas personas impactan de forma directa a muchas personas, a pueblos distantes e incluso a generaciones por venir.
Este es precisamente el punto de alarma: el hecho de dejar sólo en manos de ciertas personas, lideres, dirigentes empresariales o políticos, decisiones que se sabe toman consecuencia directa de su mente no consciente.
Estas decisiones pueden impactar al día a día de los ciudadanos de hoy (impuestos, normas de tráfico, legislación laboral, etc.), o las generaciones futuras (medio ambiente, cambio climático, políticas energéticas, etc.). Estos errores son el origen de grandes niveles de sufrimiento social, de inversiones desastrosas, de conflictos de todo tipo.
Los sistemas democráticos con toda su estructura y andamiaje institucional piensan que las personas y los dirigentes toman siempre las decisones de forma racional y, por lo tanto, son fruto de la mente consciente. Nunca consideran en este modelo el efecto e impacto de la mente no consciente. Y ¡este es el problema!
Con lo que hoy se sabe del funcionamiento del cerebro, desconocer y dejar fuera de la ecuación decisora esta mente “oculta” o inconsciente es jugar con fuego. Desconocer que la mente consciente (la razón) no es (sola) la que toma las decisones es ignorar la realidad. Es cerrar los ojos a los errores y daños colaterales resultantes de decisiones aparentemente “perfectas”. Pedir a la mente no consciente que convenza con argumentos a la no consciente u oculta es tarea condenada al fracaso. Explicar y dar razones o argumentos a un fan, forofo, nacionalista o creyente, para hacerle cambiar de opinión es predicar en el desierto. Pelear con razones (consciente) un sistema de creencias (inconsciente) no es el camino.
Estos errores que genera el “sentido común” ya están perfectamente explicados por Timothy Wilson en su libro “Redirect”, y es una llamada a nuestros dirigentes para que ¡lean más! y nos libren de sus malas decisiones.
¿Vamos a hacer algo al respecto?

Ya en el terreno del marketing, igualmente, las personas en sus procesos de decisión sobre compras y consumo de productos y servicios, resultan influidas de forma inevitable por su mente no consciente, u oculta. Desconocer esto es estar en el viejo marketing y no comprender nada del funcionamiento del cerebro humano.
También, hoy los errores en marketing son más graves, la globalización y la tecnología pueden meter a una marca en serios problemas en unos pocos segundos.
Marketing debe trabajar con esa “mente oculta”, con el incosnciente, o será arrojado al “punto limpio” como una herramienta inservible y obsoleta.



Luis Mª García Bobadilla.
Ventas. Marketing (Experiencias, Neuro). Distribution. ¡Vino! Escritor .Cristiano. Liberal (Hayek) ¡Es la economía! Esencialista (Minimalista). Rioja.
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).
Autor del libro “+Ventas”. Editorial Esic.
Libro ebook E=mc2 Fórmulas Mágicas!: