jueves, 2 de enero de 2014

¿Estoy en las redes sociales? Sí. Pero ¿creo en la redes sociales?

Resulta tan evidente que las redes sociales están ahí, que ya sólo es posible plantearse cuestiones que partan del reconocimiento de este hecho. Es decir, no se pueden obviar, no se puede actuar “como si” no estuvieran, pues están, y es precisamente de este “están” sobre lo que quiero reflexionar.
Mis opiniones surgen de mi experiencia personal, lo siento, no he aplicado el “método científico” para llegar a ellas. Nacen de la observación de algunos fenómenos, que mencionaré para ilustrar mis conclusiones.

Así pues, ¿Estoy en las redes sociales? Sí.
Estoy en las redes sociales (Facebook, Linkedin, Twitter) de una forma total y absolutamente profesional. Es decir para asuntos que tienen que ver con mi pasión y mi profesión, en concreto con temas relacionados con Ventas y Marketing. En sitios en los que sólo se habla de estos asuntos, de manera amplia y totalmente libre, pero de ellos, y tan solo de ellos. Las personas con las que tengo el gusto de compartir esos espacios, de una manera implícita nos hemos dado unas reglas, que cumplimos sin el mayor esfuerzo, como son; el no pasar las líneas rojas del buen gusto, el respeto. Y sobre todo enfocarnos y debatir sobre aquellos temas que nos unen, ya mencionados, a saber: Marketing y Ventas.
Las redes sociales, bien empleadas, tienen para los profesionales, y para los estudiantes, evidentes ventajas: dicen quién eres, te permiten hacer tu marca personal, favorecen la creación de redes profesionales, etc. Esta es la grandeza de la redes sociales.

Pero tienen otros efectos desastrosos, y estos hoy son los que me interesan especialmente:
  1. La red “no olvida”. Ver mi "post" anterior sobre la experiencia de Stacy Synder. Sin duda una dramática y polémica historia.
  2. La red NO es democrática. Sólo son bien recibidos los comentarios u opiniones “en boga”, en la corriente, que siguen los mandatos de lo establecido (¿por quién?) y de lo correcto, de lo de hoy, de lo progre, etc. Si una persona, en el ejercicio de su libertad de opinión, se atreve a poner en la red algún comentario u opinión que contradiga lo “que debe ser”, ¡se puede preparar para una crucifixión pública! Se le acusará y llamará de todo (fascista se usa mucho últimamente), simplemente por tener una opinión libre y contraria a la del “rebaño”. Por lo tanto, de hecho la red no es democrática, es la censura y la dictadura de la mayoría, contra las opiniones libres de otras personas que “no son” mayoría. No pondré ejemplos de esta situación para que nadie salga dañado.
  3. La mayoría no está en la red, o si está lo hace con un bajo perfil. Los que más gritan, los que más persiguen, los que más censuran, los que más insultan, los que más descalifican, los que más siguen los “dictados” (ellos sabrán de quienes) son los que “mandan”. Pero esto no significa que sean los que más saben, ni los que más razón tienen. Simplemente son los que más gritan. Claro esto se da gracias a que los demás, los más, son los que más callan. De esto último si pondré algún ejemplo, por supuesto, profesional y vivido en tercera persona. El caso es que ahora “lo moderno” en las charlas o conferencias es que haya una pantalla grande de cara al público, en la que en tiempo real, y mientras el ponente de turno da su charla u opinión, la gente en el auditorio puede poner “tweets” sobre el asunto. Hasta aquí, tal vez todo correcto. Pero lo qué pasa es que los que han organizado estos tipos de actos, no pueden evitar, como es lógico, que entre todo el público haya algún mal educado, tonto, ignorante, o gracioso que con una "tablet", y protegido por su anonimato, se dedique a atacar y a ridiculizar al ponente, ¡atención!, no por lo que dice, ni con argumentos, sino por su corbata, o por su edad, o por su aspecto, etc. Todo esto ante la pasividad del resto de la audiencia, que prefiere no meterse en líos y tolerar el espectáculo. Aconsejo a los organizadores que quiten esa pantalla de la vergüenza, y que se aseguren que hay un turno de “ruegos y preguntas”, para que las críticas se hagan a cara descubierta, con argumentos y en el foro, es decir, en presencia de toda la audiencia que haya acudido al acto.
    Otro caso reciente, que ha motivado este "post" es el que se deriva de los comentarios que ha recibido un artículo del periódico económico “Cinco días”, hablando de Neurociencia. Ver el enlace: http://cincodias.com/cincodias/2013/12/27/sentidos/1388173336_240521.html
    Algunos (no todos) de los comentarios se explican por si mismos. En general se puede apreciar el alto nivel científico de algunos (espero que se entienda la ironía). Hay gente que confunde tener una cuenta de correo y un ordenador o “tableta” con ser listos, y con poder descalificar. Tener un teléfono inteligente, es diferente a ser inteligente.¡Este es el problema! Estamos en la “década del cerebro”, como siempre, en España nos empezamos a quedar atrás en esta carrera que será clave para el futuro de nuestro país, de nuestros ciudadanos, incluyendo a algunos ignorantes con cuenta de correo y ordenador. Aconsejo primero informarse, y ver todos los vídeos que se pueda, y leer todo lo posible al científico Juan Enriquez, para sí entender por dónde va este asunto. También, pueden meterse en TED y ver vídeos sobre neurociencia. La verdad, no quiero entrar en polémica con nadie, no merece la pena, y menos con algunos... Solo he puesto un par de ejemplos para ilustrar cómo la tiranía y la mediocridad, cada vez más, invaden la red.
  4. Finalmente, el anonimato de los perfiles. La ocultación de la mano que tira la piedra. El anonimato ya descalifica de forma rotunda la fuente todo comentario, sea positivo o negativo.

Con estas prácticas, y algunas otras no mencionadas, vamos directamente al precipicio..., así que "¡a cabalgar, hasta enterrarlos en el mar!"

Luis Mª García Bobadilla
Profesor Universidad Rey Juan Carlos (Madrid)
Co-fundador de la NOEmpresa www.venderomorir.com
Manifiesto de la NOEmpresa (Verlo en este Blog)

Autor del libro “+Ventas” (4ª edición). Editorial Esic.